viernes, diciembre 14, 2007

...de Balas y Cruces.


Hay una bala que no se dispara como quien grita,
pero que tiene mi sien acribillada.
Y si el auxilio corrió desde mi silencio hasta tu recogimiento
fue porque tus labios fueron certeros, otra vez.
¡Ja!
Ayer ahogué mi saliva en vasos quebrados
y hoy los colores bailan para mi
¡valla funeral!.
Ven a ver tu obra,
que tu pincel de seguro ya no dispara entre ceja y ombligo al sudor del insomnio.
No hay vino que entienda estos pelos en mis uñas
ni tabaco que socorra el silencio de esta mente.
¿Dónde quedó el rugido agreste de tu infinidad?
Vuelvo, como Carlos, con la frente marchita,
pero con los sueños acorazados.
Asesíname como cada mañana,
que hoy tengo el placer de presentarte a mi sangre on the rocks.
¿Té, Café, Vino?
¡A la mierda tus ofrecimientos!
Huye, corre, escapa, escóndete.
YO TE CREE, y te deshago cuando la ebriedad me lo permita,
y si mil gargantas tienen que bailar enajenadas
hasta retumbar mi(tu)(su)(sus) mentes mientras escucho el rugir del motel,
lo harán Vio(va)l(i)enta(e)s ante ti.
Hoy tus balas no pesan más que estas letras.
Te comí, te cagué, y te comí otra vez, y luego te vomité,
y ahora mírate ahí: vinagre,
manchando la alfombra donde mañana volverás a acribillarme.
Hoy me permito desterrarte, mañana compraré maquillaje:
la sonrisa no puede estar bajo las cicatrices de tus balas.
Pero ya verás cuando alce el fúsil contra ti,
y lo cargue con los sue(speranza)ño(s) de mil y quizá mas.
¿Humillada?
Como mínimo, ya que tu cruz, de cualquier manera,
y de lunes a viernes,
me toca cargarla a mi.

jueves, noviembre 15, 2007

Hubó una Vez.


Había una vez, y dos si fuese necesario,
en que la sangre rugió.
Mil alientos unidos se destrozaron la cabeza
contra sillas y mesas enjauladas
en grises, blancos y azules.
Rugió el corazón, el pubis y los pies en las calles desoladas,
en la luna, en el mar.
Corrieron tras de si mismos y huyeron de la lluvia..
En las noches, las sonrisas los balearon,
y de día sus cabezas dejaron de dormir.
El humo también rugió, por sus narices y sus ojos,
los hizo perder lágrimas que no querían perder,
lágrimas que guardaban para cuando las felicidades
pintaran las puertas de un país entero.
Temieron de si mismos, de sus zapatos y sus camisas,
de su voz, de sus dedos
mientras la guitarra sonaba apagada
en el segundo piso de sus vidas.
Dejaron su masturbación decapitada en las arterias de ti,
Santiago, Valpo, Conce o el desierto,
ahogaron sus oídos con tantos sueños…
Fusilaron sus esperanzas cuando,
después de rugir hasta el último fulgor,
la verdad los colmó de mentiras.

lunes, octubre 15, 2007

Otoño, 2006




Lágrima de bronce, oculta entre la carne,
la niebla, el verano lluvioso, el pecho, las aulas,
la mejilla derrapada y los labios avinagrados.

Suda el cielo su cascada matinal sobre hombros infinitos.
Tierna revolución en el Amazonas Gris,
revolución de una ciudad que, por herencia,
pertenece al llanto.

Lágrima ausente y ojos que caen:
los invito a bailar un tango en el paradero,
una Cueca en la cancha y el beso de una muchacha.

Les convido mis hielos de licor
para que les respiren o abracen, no se.

Lluvia de cabellos en mis pies.

Dedos lentos y temerosos, armados de tinta,
desgarran mil cabezas en busca del dolor.

Lágrima marchita, como el vino,
como el tabaco, como la vida,
escondida en mi pecho baleado,
en mi corazón crucificado, en mis manos ahumadas.
Alimento del pan salvaje, uslero de la chicha,

Pan moreno y Chicha morena
que no saben de capitales.

De noche, el murmullo de un millón de lágrimas
aleteando, ebrias de libertad,
y el grito de un pueblo besando un “Te Amo”
en la frente de sus hijos.

Murieron cuando su cuerpo gritaba esperanza
en las venas de un Santiago lánguido,
y este les respondió con un paro cardiaco
y con el olvido.

domingo, agosto 26, 2007

asdf

editado pa k no lo vean los de stgo en 100 palubrias ¬¬

domingo, junio 17, 2007


Perdí la eternidad de los 15 años,
la inmortalidad juvenil,
el Carpe Diem [a fornicar que el mundo se va a acabar]
adquiere otro significado.
Los sueños son historias de niño.
Rezo y voy a misa.
O eso me gustaría, necesito redimir mis pecados.
Corbata, vestón, pantalones planchados
y zapatos en donde se refleja el balón de plástico
aun en la zuela.
el ajedréz con Satán comienza a avanzar
y los peones son cada vez mas escasos.
Ya no cuento estrellas, ni miro la luna.
El único imposible es un ascenso laboral.
Los demás imposibles no cuentan.
Esos son cuentos bonitos para otros quinceañeros.
Hice mi deber y perdí.
Ahora fumo y trabajo.
No importa ir a misa. Dios perdona igual...
Las utopías no, y se pagan caro.

martes, junio 05, 2007

Descripción Mal-Lograda VII - Besando a Satán


Descendì desde el quinto piso del Fin del Mundo hasta el abismo infinito de la conciencia. Gregorio agotado, Jesus azotado, Platón crucificado y yo en medio observándolos a todos. En mi oido (como es natural) el cliché resonaba alto como el climax del Gráfico de barras de mi corazón: ¿de dónde vengo? Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo y a metros mios, Lucifer con una vela, fumando y bebiendo. Me llama a dar un paseo.
Recorrí cien infiernos, fui tentado dos veces y una mas a la mentira; vi, como en el cine, cuan adentro tenía no uno, sino veintiún dedos en mi garganta. Quise volar, y me agaché. Quise tocar y coloqué mis manos en los bolsillos. Lucifer me miró, fijó su mirada en mis labios y le besé en el acto de homosexualidad mas hereje que podría haber cometido jamás. Luego de eso, aun en mi conciencia, desperté en los prados de donde supuse provenía el amor. Con un cerillo (el único) en mis manos, los quemé a viva voz y con un odio racionalmente sentimental, y bailé alrededor de estos fuegos cantando el único canto pagano que me sabía: Ninguno.
Silencio en la corte, que el burro va a hablar, y el primero en bajar con una luz angelical desde las nubes de humo que salían de fuego fue Dios como en las típicas películas Americanas. A veces pienso, y muchs veces hablo. Palpito inconcientemente, pero si pudiese elegir, dejaría de hacerlo. Respiro a conciencia pero no permito detenerme. Ayer murió mi perro. hace un año murió mi prima de 25 días. Hace dos semanas murió la palabra "esperanza" en mi diccionario. Horas despues de eso, murió la última gota de ganas de morir, en una estación amarilla de metro con mis ojos agonizando por no tener siquiera control sobre mi vida. Si, he jugado ajedrez con ella muchas veces, y en todas se ha dejado perder. Cuando ella toca tantas veces a tu puerta, reaccionas.
Aun en el mundo de la conciencia, vi a mi perro, y se repetía una y otra vez el momento en que lo vi girando por la carretera. Siento hoy que tengo una manzana clavada en mi cabeza y un manto rojo sobre mi cuerpo desnudo. Siento también que la carta jamás llegará. hoy soy Rodion Raskolnikov: El castigo me superó.
Subí diez pisos y llegué a la nada. Descendí uno y volví a ser yo. Dios no existe, pero les deseo todas mis bendiciones. Amén.