jueves, marzo 31, 2005

Sin Nombre...

La soledad de la noche llama a mi cuerpo a salir de una habitación llena de impurezas carnales, mas es extraño: la noche es mística y sin embargo alberga tantas cosas inertes ante el ojo humano. La niebla corroe el ambiente para enlazarse con el silencio oculto entre las venas de estas calles que pronto volverán a ser transitadas. La imagen de un momento invisible brota instantáneamente ante mis ojos sin siquiera dejar rastros, un momento tan espontaneo que incluso el silencio logró quebrar. Mis labios entumecidos por un beso ausente se unen con el humo de un cigarro que forma parte de esta danza nocturna. Son sentimientos de soledad sin embargo hay compañía a mi lado, un suspiro tan leve que retumba hasta en el corazón mas negro, un suspiro tan ahogado que pareciese ser culpable de una infamia tal que merece ser encarcelado en el ruido de los automóviles al pasar por la avenida principal. El humo de mis labios se mezcla con la niebla que vaga por rumbos directos y no obstante se pierde entre la ausencia de la gente que alguna vez vagó aquí también. Hay olor a muerte y sin embargo no deja de ser exquisita la pasión con la cual el humo coquetea con la noche, volando sin rumbo, acariciando mi garganta. Aun es ausente el motivo de estos 5 minutos, aun es distante y lejano el entender la razón de estos 5 minutos, pero el misticismo sonríe ante tan burda imagen. Me lleva el sueño, sin embargo me es imposible no relatar estos 5 minutos tan extraños, mis labios aun entumecidos por un beso ausente callan ante la burda imagen de mi mano gritando silenciosamente que amo a aquel ser que aun no ha de llegar...


El Aparecido...